Colombia: una lucha por obtener la paz
El 19 de noviembre de 2012 se dio apertura
a los diálogos de paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-FARC- en el Palacio de Convenciones
de la Habana- Cuba. Este hecho tuvo como antesala su instalación protocolaria
en Oslo un mes antes.
Éste ha sido un año de mucha tensión y
polémica alrededor del tema: discusiones, opiniones a favor y en contra, suspensión
del diálogo y hasta renuncias de algunos intermediarios. Sin embargo y a pesar
de los tropiezos, a la fecha ya se consensuaron los dos primeros puntos de la
agenda, desarrollo rural y participación política, considerados por el gobierno
como los más difíciles.
Colombia se caracteriza por tener la
insurgencia armada más prolongada de América Latina. Su actuar se remonta a los
comienzos de los años sesenta, época inmediatamente posterior a la Revolución Cubana
y de las ofensivas nacionales contra las llamadas "repúblicas
independientes". Pero si tiene la insurrección más antigua del continente,
también se distingue por tener los procesos de negociación más largos del continente.
El país lleva 31 años de intentos por concluir
el conflicto, empezó con las amnistías de 1982 bajo en gobierno de Belisario
Betancur, luego aparecieron los intentos fallidos de Julio Cesar Gaviria, Ernesto
Samper, Andrés Pastrana y el expresidente Álvaro Uribe (dos periodos de
gobierno), en los que prevaleció la acción militar sobre el entendimiento
político, quizá el más lejano a lograr la paz a través de un diálogo, pero ni
siquiera “la mano firme y el corazón grande” le alcanzaron para acabar con la
guerrilla.
Ahora es el turno del actual presidente
Juan Manuel Santos quien busca lograr el acuerdo mediante un diálogo que tiene
como novedad la ubicación de la sede fuera del país, la claridad de los
principios y puntos claves para que la negociación se lleve a cabo de la mejor
manera. Se plantearon cinco temas importantes considerados necesarios y
fundamentales para la solución del conflicto: política para el desarrollo rural,
participación política, fin del conflicto, drogas ilícitas y reparación a las víctimas.
El acuerdo parcial de las dos primeras le da una gran esperanza al país de
estar muy cerca a obtener la paz.
Desde los inicios del diálogo, el
presidente Santos ha insistido constantemente en la discreción y prudencia que
debe mantenerse. Según él, ésta es la clave del éxito para lograr un acuerdo de
paz con la FARC. En sus locuciones sobre el tema ha manifestado que para que
estas negociaciones lleguen a buen término se debe aprender de los errores del
pasado para no repetirlos; tener claro que cualquier proceso tiene que llevar
al fin del conflicto, no a su prolongación y por último mantener las operaciones
y la presencia militar sobre el territorio nacional.
El proceso inició con una tregua, pero
no duró mucho, el 20 de enero de 2013 las FARC retoma sus acciones militares.
Según el general Sergio Mantilla, el grupo subversivo estaría aprovechando el
cese de hostilidades para planear nuevos ataques. Por su parte, Iván Márquez,
jefe negociador de las FARC indicó “no
habrá extensión del cese unilateral del fuego. Hasta ahora no hemos contemplado
esa posibilidad. Solamente estaría dentro de las posibilidades la firma de un
cese del fuego pero bilateral, si el Gobierno estima que es procedente esta
medida”.
Después de algunas semanas de tensión,
se llevó a cabo una manifestación por la paz en Bogotá en la fecha memorable
del 9 de abril, a este acto asistieron 150.000 personas para pedir que en la
Habana se tuviera en cuenta las víctimas del conflicto. En el mes de mayo se hizo
público el anuncio del acuerdo sobre el desarrollo agrario, primer punto de la
agenda y origen en la formación de la guerrilla en los años 1960. A esta altura
de la negociación el apoyo internacional se fomentó bajo la consigna de ayudar
y cooperar en el proceso.
A inicios del mes de agosto se obtuvo
una declaración significativa por parte de las FARC admitiendo su cuota de
responsabilidad por las víctimas del conflicto. "Sin duda, también ha habido crudeza y dolor provocados desde
nuestras filas", dijo el comandante y delegado Pablo Catatumbo.
El segundo punto de la negociación, a esta
altura del proceso parecía ganar más tiempo, se habla de un gran avance y estabilidad,
con tal confianza el Presidente Santos presentó el proyecto de ley al Congreso
de la República para convocar un referendo por la paz. Este hecho, equívoco
para el momento, hizo que los líderes de las FARC anunciaran su retiro de
manera indefinida de la mesa de negociaciones sustentando que no tenía sentido
seguir avanzando en el tema de participación política cuando no se tiene clara
la posición frente al método de refrendación.
La incertidumbre ahora dejaba al país
con las manos vacías, llovieron las críticas al gobierno y la popularidad de
Santos bajó hasta el punto de la desconfianza sobre sus verdaderas intenciones
sobre la paz de Colombia. Algunos expresidentes, desde que se iniciaron los
diálogos, hicieron parte de los juzgamientos, así lo afirmó el diario el diario
británico Financial Times en una
columna del editor John Paul Rathbone afirmando que los diálogos sufrieron “Una serie de ataques inesperados y dañinos,
no por parte de las guerrillas, como se esperaba, sino de los dos expresidentes
colombianos, Andrés Pastrana, dice que “el presidente Santos no tiene un
mandato para buscar la paz”; y Álvaro Uribe, el cual escribió vía twitter: “el
proceso de paz acoge a los terroristas”.
La reanudación del proceso por fortuna
se logró el 25 de agosto y el 28 del mismo mes la Corte Constitucional de
Colombia avala el marco jurídico para la paz, legislación que permitiría la
participación política a los guerrilleros que abandonen las armas así como la
suspensión en el cumplimiento de penas. Gracias a este logro, Santos asegura en
el presente mes de noviembre que no se interrumpirá el diálogo durante la
campaña electoral para los comicios legislativos y presidenciales de 2014. Sin
embargo, al conocerse el supuesto plan de una columna de las FARC para atentar
contra el expresidente Álvaro Uribe, el jefe de la delegación gubernamental,
Humberto de la Calle, anunció que si el atentado se llevara a cabo, eso "destruiría la viabilidad del proceso de paz".
Hoy 17 de noviembre, las FARC anuncian un nuevo aplazamiento del diálogo y
promete reestablecerlo en 11 días.
Archivo - Pastoral Social/ Cáritas Colombiana |
Colombia está cerca de obtener una paz
negociada. Pero no se pueden seguir desperdiciando las oportunidades de avanzar
cuando se presentan. Varias generaciones de colombianos han experimentado la
guerra y tal vez por ello nos dejamos confundir con la idea de que la violencia
es una característica permanente de la vida política del país. Hay que aprender
tanto de las experiencias internacionales como de las experiencias locales en
materia de negociaciones. Es el tiempo de que el país encuentre una solución
definitiva al conflicto armado.