lunes, 18 de noviembre de 2013

Colombia: Una lucha por obtener la paz

Colombia: una lucha por obtener la paz

El 19 de noviembre de 2012 se dio apertura a los diálogos de paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-FARC- en el Palacio de Convenciones de la Habana- Cuba. Este hecho tuvo como antesala su instalación protocolaria en Oslo un mes antes.

Éste ha sido un año de mucha tensión y polémica alrededor del tema: discusiones, opiniones a favor y en contra, suspensión del diálogo y hasta renuncias de algunos intermediarios. Sin embargo y a pesar de los tropiezos, a la fecha ya se consensuaron los dos primeros puntos de la agenda, desarrollo rural y participación política, considerados por el gobierno como los más difíciles.

Colombia se caracteriza por tener la insurgencia armada más prolongada de América Latina. Su actuar se remonta a los comienzos de los años sesenta, época inmediatamente posterior a la Revolución Cubana y de las ofensivas nacionales contra las llamadas "repúblicas independientes". Pero si tiene la insurrección más antigua del continente, también se distingue por tener los procesos de negociación más largos del continente.

El país lleva 31 años de intentos por concluir el conflicto, empezó con las amnistías de 1982 bajo en gobierno de Belisario Betancur, luego aparecieron los intentos fallidos de Julio Cesar Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana y el expresidente Álvaro Uribe (dos periodos de gobierno), en los que prevaleció la acción militar sobre el entendimiento político, quizá el más lejano a lograr la paz a través de un diálogo, pero ni siquiera “la mano firme y el corazón grande” le alcanzaron para acabar con la guerrilla.

Ahora es el turno del actual presidente Juan Manuel Santos quien busca lograr el acuerdo mediante un diálogo que tiene como novedad la ubicación de la sede fuera del país, la claridad de los principios y puntos claves para que la negociación se lleve a cabo de la mejor manera. Se plantearon cinco temas importantes considerados necesarios y fundamentales para la solución del conflicto: política para el desarrollo rural, participación política, fin del conflicto, drogas ilícitas y reparación a las víctimas. El acuerdo parcial de las dos primeras le da una gran esperanza al país de estar muy cerca a obtener la paz.  

Desde los inicios del diálogo, el presidente Santos ha insistido constantemente en la discreción y prudencia que debe mantenerse. Según él, ésta es la clave del éxito para lograr un acuerdo de paz con la FARC. En sus locuciones sobre el tema ha manifestado que para que estas negociaciones lleguen a buen término se debe aprender de los errores del pasado para no repetirlos; tener claro que cualquier proceso tiene que llevar al fin del conflicto, no a su prolongación y por último mantener las operaciones y la presencia militar sobre el territorio nacional.

El proceso inició con una tregua, pero no duró mucho, el 20 de enero de 2013 las FARC retoma sus acciones militares. Según el general Sergio Mantilla, el grupo subversivo estaría aprovechando el cese de hostilidades para planear nuevos ataques. Por su parte, Iván Márquez, jefe negociador de las FARC indicó “no habrá extensión del cese unilateral del fuego. Hasta ahora no hemos contemplado esa posibilidad. Solamente estaría dentro de las posibilidades la firma de un cese del fuego pero bilateral, si el Gobierno estima que es procedente esta medida”.

Después de algunas semanas de tensión, se llevó a cabo una manifestación por la paz en Bogotá en la fecha memorable del 9 de abril, a este acto asistieron 150.000 personas para pedir que en la Habana se tuviera en cuenta las víctimas del conflicto. En el mes de mayo se hizo público el anuncio del acuerdo sobre el desarrollo agrario, primer punto de la agenda y origen en la formación de la guerrilla en los años 1960. A esta altura de la negociación el apoyo internacional se fomentó bajo la consigna de ayudar y cooperar en el proceso.

A inicios del mes de agosto se obtuvo una declaración significativa por parte de las FARC admitiendo su cuota de responsabilidad por las víctimas del conflicto. "Sin duda, también ha habido crudeza y dolor provocados desde nuestras filas", dijo el comandante y delegado Pablo Catatumbo.

El segundo punto de la negociación, a esta altura del proceso parecía ganar más tiempo, se habla de un gran avance y estabilidad, con tal confianza el Presidente Santos presentó el proyecto de ley al Congreso de la República para convocar un referendo por la paz. Este hecho, equívoco para el momento, hizo que los líderes de las FARC anunciaran su retiro de manera indefinida de la mesa de negociaciones sustentando que no tenía sentido seguir avanzando en el tema de participación política cuando no se tiene clara la posición frente al método de refrendación.

La incertidumbre ahora dejaba al país con las manos vacías, llovieron las críticas al gobierno y la popularidad de Santos bajó hasta el punto de la desconfianza sobre sus verdaderas intenciones sobre la paz de Colombia. Algunos expresidentes, desde que se iniciaron los diálogos, hicieron parte de los juzgamientos, así lo afirmó el diario el diario británico Financial Times en una columna del editor John Paul Rathbone afirmando que los diálogos sufrieron “Una serie de ataques inesperados y dañinos, no por parte de las guerrillas, como se esperaba, sino de los dos expresidentes colombianos, Andrés Pastrana, dice que “el presidente Santos no tiene un mandato para buscar la paz”; y Álvaro Uribe, el cual escribió vía twitter: “el proceso de paz acoge a los terroristas”.

La reanudación del proceso por fortuna se logró el 25 de agosto y el 28 del mismo mes la Corte Constitucional de Colombia avala el marco jurídico para la paz, legislación que permitiría la participación política a los guerrilleros que abandonen las armas así como la suspensión en el cumplimiento de penas. Gracias a este logro, Santos asegura en el presente mes de noviembre que no se interrumpirá el diálogo durante la campaña electoral para los comicios legislativos y presidenciales de 2014. Sin embargo, al conocerse el supuesto plan de una columna de las FARC para atentar contra el expresidente Álvaro Uribe, el jefe de la delegación gubernamental, Humberto de la Calle, anunció que si el atentado se llevara a cabo, eso "destruiría la viabilidad del proceso de paz". Hoy 17 de noviembre, las FARC anuncian un nuevo aplazamiento del diálogo y promete reestablecerlo en 11 días.

Archivo - Pastoral Social/ Cáritas Colombiana
Es claro que en este proceso, a pesar del extenso y vertiginoso camino, lo obtenido hasta el momento es de suma importancia en lo que tiene que ver sus soluciones y con el futuro del país. La Iglesia Católica aunque no ha tenido una participación directa en las negociaciones, está dispuesta a servir como facilitadora en el tema de la paz en el momento en que el gobierno así lo decida. Por ahora los prelados han motivado a la ciudadanía a tener una actitud esperanzadora pero a su vez a que reflexionen sobre lo que significa la obtención de la paz y así lo expresaron el pasado mes de octubre en el VI Congreso de Reconciliación en cabeza del Cardenal Rubén Salazar Gómez (escuchar audio).



Colombia está cerca de obtener una paz negociada. Pero no se pueden seguir desperdiciando las oportunidades de avanzar cuando se presentan. Varias generaciones de colombianos han experimentado la guerra y tal vez por ello nos dejamos confundir con la idea de que la violencia es una característica permanente de la vida política del país. Hay que aprender tanto de las experiencias internacionales como de las experiencias locales en materia de negociaciones. Es el tiempo de que el país encuentre una solución definitiva al conflicto armado.